Por primera vez, el Aeropuerto Internacional de Rosario (AIR) concretó exportaciones aéreas de productos perecederos, marcando un avance clave en la logística del interior del país. Los envíos —carne bovina enfriada con destino a Panamá y pacú congelado hacia Estados Unidos— fueron realizados a través de Copa Airlines, con apoyo de SENASA y Aduana.
Estas operaciones reflejan una evolución estratégica que articula infraestructura, trabajo público-privado y una fuerte apuesta por el perfil exportador regional. La carne fue provista por Swift S.A. (Santa Fe), y el pacú por Puerto Las Palmas S.A. (Chaco).
Infraestructura en crecimiento y apuesta por la descentralización logística
El AIR cuenta con una pista de 3.000 metros y una terminal de carga que creció un 33,3 % en 2023. En lo que va de 2024, ya transportó más de 156.000 kilos en operaciones de carga.
Este salto no es casual: es el resultado de más de un año de trabajo técnico, certificaciones sanitarias y adecuación de procesos para mantener la cadena de frío y asegurar la trazabilidad de productos perecederos en destino.
Exportar desde el interior: una visión estratégica
La iniciativa responde a una visión clara: acercar el comercio exterior a las economías regionales. Apostar por nuevos nodos logísticos como Rosario permite reducir tiempos, bajar costos y aumentar la competitividad exportadora de Pymes del norte y centro del país.
Exporta Simple: más oportunidades para emprendedores
Otro punto destacado es la incorporación del sistema Exporta Simple, una herramienta del Gobierno Nacional que facilita la exportación a pequeñas y medianas empresas sin necesidad de contar con operadores logísticos tradicionales. Rosario es el primer nodo del interior del país habilitado bajo este régimen.
Este esquema permite a Pymes y emprendedores acceder a mercados internacionales con menores barreras, reduciendo la burocracia y simplificando la operatoria aduanera.
Rosario como nuevo hub logístico internacional
Estas acciones consolidan a Rosario como un nuevo hub logístico desde el interior del país, conectando la producción local con la demanda global. A largo plazo, esto podría replicarse en otras regiones, potenciando el rol de aeropuertos secundarios en la matriz exportadora argentina.
El éxito de esta operación abre oportunidades concretas para otros sectores del comercio exterior argentino: frutas frescas, flores, medicamentos, lácteos y otros productos sensibles al tiempo pueden comenzar a encontrar salida aérea desde nodos alternativos a Buenos Aires.
Un modelo que puede replicarse en otras provincias
La experiencia de Rosario demuestra que, con planificación y articulación, es posible descentralizar el comercio exterior. Este hito debería inspirar a otras terminales del interior a invertir en infraestructura y gestión para captar más operaciones internacionales.
El futuro del comercio exterior argentino depende, en parte, de nuestra capacidad de innovar en logística, diversificar rutas y democratizar el acceso a los mercados globales.